sábado, 22 de junio de 2013

Héctor Torres sabe morder



Ha llegado por fin a mis manos un extraordinario libro de ensayos y crónicas de literatura sobre nuestra realidad venezolana que yo ha había buscado infructuosamente, por encontrarse agotado. Una querida amiga, a sabiendas de mi interés por tan prestigioso y exitoso titulo, tuvo a bien regalármelo finalmente. El libro en cuestión es Caracas muerde del reconocido escritor caraqueño Héctor Torres, a quien los lectores le agradecemos la existencia de Ficción Breve, entre otras cosas. Adentrarse en este título significa un paseo bien guiado por las calles contaminadas pero a la vez plenas de joyas secretas para el ojo bien entrenado, de  la urbe caraqueña.

La violencia, el amor, lo femenino de la condición humana, la política, son algunos de los temas tratados con destreza literaria por esta talentosa pluma y miembro de las más recientes generaciones de creadores de la palabra. En estos textos, se desnuda la compleja realidad de una ciudad moderna, desbastada por los excesos de un régimen que no ha podido desarrollar el lado humano de la contemporaneidad venezolana. Con maravillosa delicadeza, nuestro autor logra sumergirse en los resquicios más abandonados a la suerte y a la indiferencia de la antigua sucursal del cielo. Los lectores más atentos sabemos señalar la realidad tal cual como se refleja en la literatura de un escritor de alto rango, ya que la práctica del talento implica pintar un mundo acorde con las experiencias de la lectoría. En este sentido, las páginas de Caracas muerde planean sobre las calles de la urbe como guías perfectas que descubren los puntos magnéticos de una ciudad que necesita cambiar.

Si bien los habitantes del valle capitalino tienen sobradas razones para quejarse por la agitada existencia que se lleva en Caracas, Héctor Torres es un eficaz catalizador de una visión más humana de la realidad metropolitana, al poner su grandioso olfato narrativo al servicio del rescate poéticode la ciudad. De tal forma que incluso la violencia es plasmada con trazos maestros de sublime altura artistica.

Los lectores comunes y conmovidos como el que esto escribe esperamos una segunda dentellada que nos revele lo que es esa otra Caracas como tal, con sus contradicciones, sus anhelos, sueños y derrotas.